En algún momento de nuestras vidas, conscientemente o no, la presión social o de grupo nos ha orillado a adaptarnos con el fin de ser aceptados en un contexto particular. Este tipo de influencia social se observa más comúnmente en los niños y adolescentes, donde la necesidad de encajar se demuestra escuchando un determinado grupo musical o vistiendo un estilo de ropa específica.
Sin embargo, los adultos no somos inmunes a este comportamiento, siendo la oficina el escenario perfecto para ejemplificarlo. ¿Alguna vez has oído hablar de alguien luchando por comprar un auto de lujo que no pueden pagar porque tener auto de lujo es la norma en el grupo donde se desenvuelve? ¿Qué tal con la tecnología o el deporte físico? Incluso la política puede incluirse en el patrón.
En ese sentido, no es sorprendente que la Internet está llena de consejos sobre cómo evitar o resistir la influencia de los demás. “¡Sé tú mismo!” y “¡Hazte escuchar!” son consejos habituales, que sin duda funcionan. Sin embargo, si sólo tratamos de escapar de esta situación, caeremos en el juego de los especialistas que sólo han analizado los aspectos negativos de la presión social. Es una cuestión de perspectiva. En lugar de dedicarte a la tarea inútil y estéril de pretender eliminar la presión de los compañeros en el lugar de trabajo, sería mejor aprovecharla cultivando valores positivos en los empleados, dificultando la desviación de dichos principios dentro de la dinámica social. Por ejemplo, la industria de servicios financieros a menudo tiene mala reputación, probablemente con justa razón. Sin embargo, los proveedores de servicios financieros sí hacen hincapié en la ética, y en muchos casos, la convierten en un requisito de educación continua dentro de la organización. Por lo tanto, si todos los miembros de la organización se conducen con un código de ética inquebrantable, sería muy difícil que alguien no quiera desenvolverse a la altura.
Por supuesto, es un poco más complejo que eso. En primer lugar, una presión social positiva sólo funciona cuando un equipo de colaboradores tiene una buena relación entre ellos. Sin un espíritu de equipo al cual apelar, no habrá ninguna motivación de equipo que empuje al grupo a mejorar. Adicionalmente, un estudio de la Universidad de Iowa demostró que tener un sentido de pertenencia y arraigo con tus compañeros se traduce en presión social positiva, siendo a menudo una fuerza de motivación más fuerte que las recompensas financieras.
Dicha estrategia ha sido utilizada como un elemento básico en el éxito de los equipos deportivos. Sin embargo, independientemente de la cantidad de deportistas de alto perfil que pueda haber dentro de un mismo equipo, si no existe un sentido de camaradería que se acople con el deseo de cumplir los estándares de sus compañeros, las posibilidades de éxito son muy mínimas.
La próxima vez que notes a las personas que superan las expectativas en la oficina, trata de analizar la actitud del equipo de trabajo al que pertenece. Seguramente, su presión social se enfoca en un ambiente de unidad y mutua solidaridad entre compañeros. Después de todo, a todo el mundo le gusta que sus esfuerzos sean alabados y reconocidos, ¿no crees?
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Fuentes:
Positive Peer Pressure: A Powerful Ally to Change
Super Bowl Psychology: What Winning Teams Do Right
How do I deal with peer-pressure from co-workers
This, Not Money, Motivates Americans to Work Harder
The Impact of Peer Pressure on Workplace Ethics
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